Salir a correr (running) es quizá el ejercicio más eficiente para mantenerse en un peso óptimo, y también proporciona enormes ventajas como el retraso del envejecimiento, la mejoría del estado cardiovascular, el desarrollo de la movilidad articular y un largo etcétera.
Además, a fecha de hoy está sobradamente demostrado que la carrera continua o footing mejora la función sexual del hombre y la mujer.
Esta ventaja se traduce sobre todo en una mejor potencia sexual masculina y un mayor nivel de libido femenina. Profundizamos en estos temas dentro de nuestros libros de sexualidad, en particular en Más Control y Potencia.
No obstante, debemos clarificar que los resultados se consiguen a medio y a largo plazo. De hecho, no recomendamos mantener relaciones sexuales inmediatamente después de entrenar.
Muy al contrario deben dejarse pasar horas, o incluso esperar al día siguiente si el entrenamiento ha sido duro.
En este artículo vamos a profundizar sobre cómo optimizar las sesiones de entrenamiento de carrera continua en principiantes que deseen mejorar su rendimiento sexual, lo que de forma indirecta también ayudará a obtener ventajas, sobre todo a nivel cardiovascular, en el peso y en la figura.
¿Qué encontrará aquí?
Correr para mejorar sexualmente
Al salir a correr, recomendamos tomar conciencia de los siguientes parámetros antes, durante y después de cada sesión:
- Nivel de somnolencia
- Bienestar digestivo
- Frecuencia cardíaca
- Dificultad respiratoria
Nivel de somnolencia
Vamos a empezar describiendo cómo el nivel de somnolencia puede afectar al rendimiento en la carrera continua.
Ser conscientes de nuestro nivel de somnolencia cuando vamos a correr nos puede ayudar a optimizar nuestras sesiones de running.
Sí, simplemente prestar atención y hacerse la pregunta mientras corremos: ¿tengo sueño? ¿me apetece acostarme? La respuesta puede ser: Sí, No, o A medias.
Debemos tratar de que la respuesta sea siempre No, porque la somnolencia no solo disminuye nuestro rendimiento sino que es una señal de que hemos salido a correr sin energía. Y muy probablemente lo pagaremos en forma de cansancio, mal humor, o más somnolencia.
Dentro de nuestras posibilidades, debemos correr dentro del horario en que nos sintamos con menor somnolencia.
Una buena hidratación previa a la rutina deportiva ayuda. Pero debe ser una hidratación lenta durante horas.
Si acaso nos vemos obligados a salir a correr dentro de un horario que no sea óptimo en este aspecto, la solución está en tomar un café -si es por la mañana-, ó 20cl de una bebida isotónica si es por la tarde.
Siempre hay que tener en cuenta que la actividad física moderada o intensa aumenta los niveles de cortisol, una hormona que contribuye a mantenernos en estado de alerta, lo que puede hacer inadecuado practicar carrera continua en las últimas horas del día, sobre todo en personas con problemas de insomnio.
Por el contrario, esta activación del cortisol puede facilitar una mejora de la concentración e incluso del estado de ánimo que nos acompañe durante varias horas, lo que puede hacer recomendable correr por la mañana o en las primeras horas de la tarde después de hacer la digestión de la comida principal.
Para evitar caer en un círculo vicioso, es importante elegir bien un horario que no perjudique la calidad del sueño, con el fin de evitar la somnolencia diaria capaz de reducir la eficiencia de nuestro ejercicio.
Bienestar digestivo
El bienestar del sistema digestivo es el segundo punto del que vamos a hablar en relación al ejercicio continuado de carrera continua.
Iniciar una sesión de footing poco después de una comida, aunque sea ligera, perjudicará la digestión de los alimentos.
Digerir la comida activa el tono parasimpático de forma que se distribuye más sangre a los órganos internos en detrimento del riego de las extremidades.
La enorme activación de la musculatura de las piernas que supone el running resta sangre y energía al estómago y al resto del sistema digestivo, por lo que al correr poco después de una comida se entra en riesgo de «corte de digestión», que no es sino una parálisis de la función digestiva por carecer del oxígeno suficiente procedente de la sangre.
Por el contrario, lo ideal es comenzar un entrenamiento de carrera en ayunas de sólidos o más de 2 horas después de la última comida y siempre en un buen estado de hidratación.
Asimismo, se recomienda que la comida anterior a una sesión de running sea ligera y variada.
Frecuencia cardiaca
La carrera continua es el entrenamiento cardiovascular por antonomasia. De ahí qué un buen estado del sistema cardiovascular, y en especial del corazón, sea fundamental para que el running pueda realizarse sin riesgos.
Por ello, toda persona que tenga cualquier problema cardíaco debe acudir la consulta de un cardiólogo antes de decidirse a correr de forma habitual.
El especialista en cardiología decidirá en función de sus exploraciones y pruebas complementarias si el individuo puede correr o no, y las limitaciones en su entrenamiento.
Si la persona carece de problemas funcionales o estructurales en su corazón, en todo caso nunca deberá exceder cierto nivel de frecuencia cardíaca en función de su edad y frecuencia cardíaca media habitual.
Proponemos esta fórmula para calcular los límites durante un entrenamiento de carrera:
Para calcular la frecuencia cardíaca límite, se calcula la frecuencia cardíaca máxima (es la frecuencia cardíaca estimada que corresponde a la tasa máxima de consumo de oxígeno), que es de 220 menos la edad.
Luego, se multiplica la frecuencia cardíaca máxima por un coeficiente que va de 60 a 85% (o, lo que es lo mismo, por 0,6 a 0,85, respectivamente).
Por ejemplo, en una persona de 40 años de edad, la frecuencia cardíaca máxima es de 180 latidos por minuto, de modo que la frecuencia cardíaca límite es de 108 a 153 latidos por minuto (del 60 al 85% de 180).
Exceder la frecuencia cardíaca máxima es arriesgado incluso para una persona que no tenga antecedentes de cardiopatías.
Mantenerse dentro de los límites establecidos optimiza el rendimiento del entrenamiento. Pulsa aquí si deseas utilizar nuestra calculadora de frecuencia cardiaca óptima.
A medida que se va avanzando y mejorando el sistema cardiovascular se reducen las frecuencias cardíacas media y máxima en cada sesión.
Por ello conviene disponer de un medidor de frecuencia cardíaca. Hoy en día se pueden encontrar fácilmente dispositivos de buena calidad a bajo precio, por ejemplo aquí.
Dificultad respiratoria
La función respiratoria es el factor que más influye en el rendimiento del ejercicio de carrera continua.
Va íntimamente ligada a la función cardíaca por lo que generalmente se habla de nivel cardiorrespiratorio.
No obstante, aquí la trataremos por separado porque pensamos que depende también de otros factores, como el estado de la musculatura.
Con un entrenamiento regular se disminuye la dificultad respiratoria, lo que redunda en una mayor capacidad para correr más tiempo y más deprisa.
Existen diferentes tipos de entrenamiento para lograr diversos objetivos pero no entraremos en este tema porque se sale de la finalidad del presente artículo.
Tampoco entraremos demasiado en las diversas modalidades de respiración recomendadas para la carrera continua. Sin embargo, si queremos afirmar que somos partidarios de priorizar la respiración torácica y aprovechar el movimiento natural del diafragma para mejorar la ventilación pulmonar.
En este sentido el sistema de respiración natural basado en la biomecánica respiratoria del psicólogo y naturópata Carlos Velasco nos parece la mejor opción de entre todas las que conocemos. Puedes aprender más de ella aquí.
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