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¿Miedo a las ITS? Léelo

Las infecciones de transmisión sexual o ITS experimentaron un alarmante repunte a partir de la segunda década del siglo XXI, convirtiéndose -junto al COVID19– en una amenaza para la salud a nivel mundial. Una verdadera epidemia que nos recordó la verdadera importancia de la sexualidad responsable.

ITS : No te la juegues
Las ITS son uno de los desafíos más importantes para la salud de las personas en el siglo XXI

ITS: una pandemia real

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada día se contagian más de un millón de personas de entre 15 y 49 años por una ITS.

En el mundo se producen aproximadamente 375 millones de nuevos casos de sífilis, clamidiasis, gonorrea y tricomoniasis, lo que supone más de un millón de infecciones al día.

Su transmisión principal es a través de las relaciones sexuales sin protección, pero también pueden contagiarse durante el embarazo y el parto o, en el caso de la sífilis, por contacto con sangre infectada o inyección de drogas.

¿La solución es el preservativo?

Planteamos esta pregunta ante los pobres resultados de las campañas de promoción del uso del preservativo tanto en países desarrollados como en naciones del tercer mundo, donde las enormes y alarmantes cifras de casos de infecciones de transmisión sexual nos indican el fracaso de estas medidas de educación sexual.

Existen algunos inconvenientes inherentes al uso de este método, causantes en parte, de su rechazo o abandono. Uno de ellos es su interferencia en la espontaneidad de la relación.

Es evidente que en ciertas ocasiones, el acto pierde cierto grado de naturalidad mientras se hace una parada para buscar el profiláctico o colocarlo.

Pero no es menos cierto que el número de estos episodios y su desagrado disminuye si la pareja o el varón se acostumbran a la técnica, la mejoran, y la asumen como una parte más de su encuentro íntimo.

preservativo o condón

En las consultas de sexología no es raro atender a varones que acuden para asesoramiento de problemas derivados de las dificultades con el uso del condón.

Algunos se han visto obligados a utilizarlo en su nueva relación debido al desconocimiento de la salud sexual de la pareja, o condicionados por ella.

Una proporción nada desdeñable de estos hombres ha sufrido problemas de erección debido, sobre todo, a la falta de práctica.

El ambiente de liberalidad sexual que predomina en la actualidad junto con la alta prevalencia de infecciones de transmisión sexual nos hacen pensar que en el panorama actual el preservativo resulta insuficiente.

Promoción de la sexualidad responsable

Todas las personas deberían ser apercibidas sobre las consecuencias de la promiscuidad, sobre todo si se omite el empleo del profiláctico por comodidad, desidia, falta de práctica o la idea preconcebida de una disminución del placer.

A muchos/as profesionales nos da la impresión de que la facilidad de conseguir la píldora del día después, con preparados que permiten varios días de efectividad tras el coito de riesgo, produce una sensación en los jóvenes de falsa seguridad y hace olvidar que aunque estos métodos puedan evitar un embarazo no deseado, no previenen una ITS.

Posiblemente, si las consultas de enfermería y medicina de los centros de atención primaria asumieran un papel aún más activo en este campo, se disminuirían estos contagios.

Nos parece importante recordar la seguridad real de mantener relaciones sexuales siempre dentro de un marco de compromiso y estabilidad, y los riesgos que conlleva incumplir este requisito.

prevención de infecciones de transmisión sexual

Cómo convencer

Si el individuo se niega a limitar su sexualidad a un contexto de relación estable y comprometida, al menos habrá que intentarle convencer -sea hombre o mujer- de la necesidad del uso del preservativo.

Para ello proponemos estas ideas para mejorar la aceptabilidad en ambos sexos:

Ideas para aplicar en ellos

El hombre suele quejarse de una presunta disminución del placer y de pérdida de la erección. No obstante, cabe estar alerta ante la posibilidad de que la supuesta pérdida de sensaciones placenteras se trate de una mera excusa para no reconocer el hecho de que realmente se carece de experiencia con el uso del condón.

El tema es más serio de lo que pueda parecer, pues un fallo eréctil puntual ocasionado por la escasa destreza en la colocación y uso del preservativo puede convertirse en el origen de una disfunción eréctil persistente de origen psicógeno.

Por ello creo que hay que incidir en la necesidad del varón de entrenarse a colocarse el preservativo sobre su pene en erección fuera del encuentro sexual, con o sin la ayuda de la pareja.

Asimismo, si el varón insiste en una afectación de su placer secundaria al uso del condón, se le pueden recomendar diferentes modalidades que actualmente el mercado ofrece, para ser empleadas no sólo dentro del coito sino también durante la práctica del sexo oral, por ejemplo con dispositivos de diferentes sabores.

También conviene hablarle de ventajas como una mejoría higiénica, la prolongación del coito por su ayuda para retardar la eyaculación (sobre todo en algunas modalidades diseñadas para tal efecto) y por supuesto de su efectividad para evitar infecciones y embarazos no deseados.

Ideas aplicar en ellas

En la consulta de atención primaria se observa que a menudo la mujer rechaza el condón por ceder a los deseos de su pareja masculina, más que por su propia voluntad.

Nuestra estrategia en estos casos de posible machismo es explicarle a ella las ventajas del profiláctico masculino frente a la anticoncepción hormonal, en especial la ausencia de efectos colaterales para la fémina, excepto en casos de alergia.

Si existe una alergia al látex, se propone la adquisición de productos sin este material. Asimismo, conviene ofrecer una entrevista a la pareja en conjunto para resolver dudas y actuar sobre el varón.

En casos de baja colaboración del hombre y pocas posibilidades de que acuda a la consulta, conviene informar a la mujer también sobre la relación directa entre la pericia en el uso del condón y el placer en ambos.

Explicarle a ella la efectividad de un entrenamiento del varón a solas o con su colaboración, y hablarle de los beneficios sobre la higiene y el efecto retardante de la eyaculación, puede mejorar los resultados a la hora de motivar a la fémina hacia la aceptación del uso consistente del preservativo masculino.

También puede proponerse a ambos la idea del preservativo como juguete erótico con potencial de expandir el abanico de percepciones excitantes.

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Contextos en los que incidir

El preservativo es una gran alternativa en todos los casos, pero creemos que debería incidirse sobre todo en preadolescentes, adolescentes, jóvenes, colectivos marginales y/o de bajo nivel socioeconómico, y en pacientes con VIH y/o inmunocomprometidos.

Un descuido con consecuencias

A continuación exponemos de forma muy resumida una historia real en la que se plasman algunas consecuencias vitales del sexo irresponsable.

Una médica que escucha

Casi todos los días que Tamara acude a consulta con su hijo de tres años –sin parar de hacer travesuras- le comenta a su médica las mismas palabras: “Éste es el culpable de que esté perdiendo mi juventud y no pueda encontrar un hombre”.

La facultativa trata de consolarla diciéndole que no pierda la esperanza, pero en el fondo piensa que esta madre soltera de veinticuatro años lo tiene bien difícil, de momento, para rehacer su vida con otra relación.

Historia de amor muy fugaz

En los comienzos de su veintena, dio a luz a Nelson, fruto inesperado de los amores compartidos con su novio Luis Eduardo.

Al poco tiempo del parto, Tamara se enteró de las infidelidades de su pareja y despechada, cogió al niño y se marchó a España con su madre, quien llevaba ya unos años allí como inmigrante.

Cuando la joven madre llegó a la “madre patria” fue bien acogida por la abuela, pero ésta le dejó bien claro que debería ocuparse ella sola de su hijo, pues se encontraba muy ocupada trabajando en varias casas y estaba cansada ya de niños tras la crianza de Tamara y sus siete hermanos.

joven mamá

Recibió varias llamadas de su ex-novio, solicitándole su perdón y un nuevo margen de confianza. Aunque al principio se negó a toda reconciliación, la insistencia del muchacho y su monótono modo de vida en España, con poco tiempo para lo que no fuese cuidar a su niño, hicieron nacer en su interior nuevas esperanzas.

A la doctora le conmovió el gesto de ilusión que surcaba su rostro cuando acudió a consulta para pedirle la píldora anticonceptiva poco antes de su regreso a Colombia.

Ambas se despidieron amablemente, y la paciente agradeció las escuchas y atenciones de su médica de cabecera. Por su parte, la galena le deseó mucha suerte en lo que parecía ser un viaje sin retorno.

Los tropiezos de una joven mamá

No obstante, a las pocas semanas tuvo de nuevo a Tamara en su consulta con lágrimas en los ojos y con claros síntomas de una infección vaginal de transmisión sexual.

Había acudido sola para contarle, entre otras cosas, el triste desenlace de los recientes acontecimientos de su vida.

Al parecer, el padre no estaba por la labor de ocuparse del retoño, y tras varias noches de pasión, le expresó a Tamara su firme intención de partir hacia los Estados Unidos en busca de un porvenir mejor.

Ni siquiera les invitó a marcharse junto a él, y a pesar de las recriminaciones de la joven madre, le aseguró que su decisión estaba tomada desde antes de su visita, al haber ya logrado ciertos contactos en aquel país que no podía desperdiciar.

Dichas afirmaciones provocaron una ruptura definitiva entre ambos, y el regreso de Tamara a la casa de su madre en Madrid.

Siempre queda la esperanza

Actualmente, Tamara es una joven y atractiva madre con escaso tiempo para lo que no sea ocuparse de su travieso niño.

Ha conseguido un trabajo de pocas horas que le sirve para el mantenimiento de la pequeña familia, pero carece casi por completo de tiempo libre debido a la falta de colaboración de la abuela en los cuidados del nieto.

Siempre que acude al centro de salud es tratada con mucha amabilidad por su médica, quien le recuerda su juventud y le infringe ánimos y esperanzas, pero cuando se marcha y se cierra la puerta de la consulta, la doctora no puede evitar ser  invadida por cierto aire de desazón y tristeza.

Autor de la publicación: © Antonio Ferrández Infante. Reservados todos los derechos. No se autorizan copias de este artículo sin previa autorización del editor de SexologoMedico.com. Atención: denunciamos plagios y copias no autorizadas.

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